ARQUITECTOS ARGENTINOS III: Francisco Salamone - "El arquitecto de las Pampas"
ARQUITECTOS ARGENTINOS III
Torres altísimas y facetadas con terminaciones multiformes, ángeles de piedra con rasgos geométricos y fuentes con extraño aspecto de pastel parecen pistas diseminadas por la provincia de Buenos Aires para descubrir la puerta de entrada a una futurista y misteriosa Ciudad Gótica. Se trata, en verdad, de la expresión material de los sueños de poder y grandeza que reinaban en el país en los años 30, plasmados en ornamentos de edificios municipales, cementerios y mataderos construidos hace más de 60 años por el arquitecto Francisco Salamone.
Francisco Salamone, [1897-1959]. Nació en León Forte, Catania, Sicilia el 5 de junio de 1897. Llegó a Buenos Aires cuando su padre, un constructor siciliano, decidió buscar fortuna en el nuevo mundo. Después de egresar del Colegio Otto Krause de Buenos Aires decidió seguir los pasos de su padre en el oficio de la construcción. Inició sus estudios en Universidad Nacional de La Plata y los finalizó en Córdoba, recibiéndose como ingeniero y arquitecto en 1917. En 1919, cuando tenía 22 años, sus diseños ganaron medallas en salones internacionales de París y Milán. Fue militante radical y coqueteó con la política brevemente, hasta que su derrota como candidato a senador provincial lo devolvió a su vocación. En 1928 se instaló en Villa María, dedicándose a la construcción de casas y montando una empresa de pavimentación.
Pero no fue sino hasta 1936, durante la gestión del controvertido gobernador Manuel Fresco en Buenos Aires, que Salamone pudo desplegar toda su energía creativa, de la mano del proyecto urbanístico oficial. Dicho proyecto buscaba crear fuentes de trabajo, revertir el éxodo rural a los centros urbanos y también "dignificar el perfil oficial y paisajista de la región" a partir de la creación de municipios en distintos puntos de la provincia". Salamone puso manos a la obra y en sólo cuatro años pobló alternativamente de edificios municipales, cementerios y mataderos a Carhué, Coronel Pringles, Guaminí, Tornquist, Pellegrini, Rauch, Laprida, Azul, Vedia, Balcarce, Saldungaray y otras ciudades.
Cuando terminó la administración del gobernador Fresco, en 1940, Salamone se trasladó con su familia a la capital, donde dirigió múltiples obras de pavimentación urbana y proyectó solo 2 edificios de estilo racionalista.
Francisco Salamone falleció el 8 de agosto de 1959, relativamente olvidado, pero dejando una herencia arquitectónica monumental en la pampa argentina. Sus restos descansan en el cementerio Jardín de Paz.
Si bien en 2002 los proyectos ejecutados por Salamone fueron declarados Patrimonio Cultural bonaerense, poco se ha hecho para mantener sus edificios o darles valor cultural.
La obra de Salamone es estudiada por arquitectos de todo el mundo, quienes reconocen la imposibilidad de definirla estilísticamente, ya que combina elementos del art decó, del expresionismo, del futurismo, del funcionalismo racionalista y del clasicismo monumentalista.
Sin embargo, sus diseños son casi desconocidos para los porteños: no existen circuitos turísticos que promuevan visitas desde la Capital Federal.
Si bien es imposible describir un recorrido que abarque las 30 localidades en las que este genial arquitecto —que batió un récord de kilometraje— dejó su impronta, quienes deseen ver sus obras pueden plantearse tres rutas diferentes, de acuerdo con el interés que despierten los tipos de construcciones en las que se basó su trabajo: municipalidades, mataderos y portales de cementerios.
Ciudades como Pellegrini, Guaminí, Tornquist, Coronel Pringles, Laprida, Rauch y Carhué se caracterizan por sus futuristas municipalidades; Vedia, Azul, Balcarce, Laprida y Coronel Pringles, por sus geométricos mataderos; y Azul, Balcarce, Saldungaray y Laprida, por los cementerios más espectaculares.
La ruta del Art Déco
El conjunto arquitectónico formado por el Municipio, la plaza, las ramblas, el matadero y la cruz del cementerio de Coronel Pringues (a 578 kilómetros de Capital Federal) constituye uno de los exponentes más importantes de la obra de Salamone, y bien puede considerarse el punto de partida de la ruta del Art Déco en la provincia de Buenos Aires.
El palacio municipal, en el centro de la plaza, domina el entorno como un mojón urbano. Combina rectas y curvas, láminas y esferas, características del diseño Art Déco, y culmina en una altísima torre, que incluso supera en altura al campanario de la iglesia.
Este rasgo se repite en casi todos los edificios municipales de las localidades del sur de la provincia —Laprida, Saldungaray y Tornquist, entre otras—, donde se concentró especialmente la obra del arquitecto Salamone. Aunque también hay torres que buscan el cielo hacia el noroeste, en Vedia (en el límite con la provincia de Santa Fe) y en el oeste, en Pellegrini (a unos 20 kilómetros del límite con la provincia de La Pampa), ya que el genial arquitecto viajaba de pueblo en pueblo para construir sus proyectos.
Al seguir los pasos de ese recorrido, queda claro que la altura desmesurada de las torres que coronan los palacios municipales no responde al puro gusto de Salamone sino a claros objetivos políticos, en un período en que se trató de jerarquizar al Estado. De hecho, cuando el entonces gobernador Fresco le encargó el proyecto, dejó en claro que debía ir acompañado por un lema: "Dios, Patria y Hogar", que el arquitecto interpretó a su modo.
El impacto visual que produce la conjunción de formas, estilos y materiales innovadores no basta, entonces, para apreciar estas obras, que resultan aún más interesantes por su significado simbólico.
El monumentalismo de los edificios municipales de la provincia de Buenos Aires apuntaba a transmitir, en el proyecto de Fresco, el nuevo signo de eficiencia administrativa del Estado ("la máquina de tramitar").
La idea de superioridad de esta institución sobre las demás se aprecia incluso en el interior de los palacios, donde el mobiliario y los elementos de iluminación reproducen, en menor escala, las formas de sus fachadas.
Apuntando al cielo
Además de la grandeza del Estado, también la omnipresencia divina se vio plasmada en las estructuras grandilocuentes que Salamone concibió para los cementerios. Los enormes portales de acceso enfatizan la frontera entre las ciudades de los vivos y las de los muertos.
El portal del cementerio de Laprida (a unos 45 kilómetros de Coronel Pringles), por ejemplo, es un monumento descomunal formado por una base de más de diez metros de altura sobre la que se apoya una cruz con su Cristo crucificado, de ocho metros de alto. Si se toma un poco de distancia, se aprecia la entrada cónica flanqueada por dos conos largos y puntiagudos que apuntan hacia el cielo y enfatizan el carácter espiritual de la obra.
El de Azul —a 30 kilómetros de Olavarría— también es una estructura gigantesca: un ángel de rasgos y alas facetados ubicado en la parte superior, secundado por tres rocas en relieve que representan las iniciales del réquiem cristiano, R.I.P. (Requiescat In Pace), tiene un carácter amenazante y decididamente dramático.
Pero es probablemente el pórtico circular del cementerio de Saldungaray, una pequeña población sureña, recostada al pie de las sierras —9 kilómetros al sur de Sierra de la Ventana— el más expresionista de todos. Un disco de mampostería de 18 metros de diámetro revestido en su interior con cerámicas azules —hoy en franco deterioro— parece una rueda gigante en cuyo centro se ubica una cruz de piedra con la cabeza de Cristo muerto y que emula, quizá, el ciclo de la vida.
Todos los cementerios están situados, simbólicamente, en la salida de cada ciudad. Pero sus estructuras colosales refuerzan, sin embargo, el sentido de pertenencia de los sobrevivientes que tienen familiares enterrados en cada lugar.
Argentina agroexportadora
En la entrada de Guaminí (oeste de la provincia, a 30 kilómetros de Carhué), una construcción plana que culmina en una torre cilíndrica y se afina en forma de antena remite a una "torre de control" espacial. Es uno de los tantos mataderos de estilo art decó que Salamone diseminó por Buenos Aires y que se convirtieron, hacia 1935, en el símbolo de la nueva industria local.
Todos alternan entre las formas geométricas y circulares coronados por altas torres con forma de cuchillas verticales. Sin embargo, cada una tiene una particularidad diferente, que opera como distintivo local.
En el matadero de Azul, la torre asemeja la forma de una "A" un poco redondeada y, al mismo tiempo, la de una navaja con su filo sobresaliente. El de Coronel Pringles finaliza en una afilada cuchilla. En algunos casos, a falta de algún elemento formal, el arquitecto apeló directamente a la leyenda "Matadero", bien visible en la parte superior del portón de acceso.
Desplazados, en muchos casos, por los modernos frigoríficos a partir de los años sesenta, la mayoría de los mataderos tienen nuevas funciones: el de Balcarce es hoy una capilla, el de Azul se transformó en un hogar de perros abandonados, y el de Coronel Pringles es un museo de carruajes. Otros sobreviven, en soledad, a la salida de los pueblos.
Los cementerios y municipalidades siguen en uso y mantienen su estructura intacta, aunque necesitan refacciones. Casi todos los municipios tienen cuidadores que, además de conocer al dedillo la historia del pueblo, guardan alguna anécdota sobre las impresiones que causaban las intrusiones monumentales de Salamone en esos paisajes tan uniformes.
Los habitantes de estas ciudades ya están habituados a convivir con estos "gigantes" que, sin embargo, dejan sin aliento a los visitantes. La fisonomía actual del espacio dista mucho de aquella de hace sesenta años. Pero no es difícil imaginar la presencia poderosa que imponía la solitaria verticalidad de las altísimas torres en esos paisajes de horizontalidad terminante.
Amante de las formas y conjunción de estilos, Salamone creó una arquitectura portentosa que simbolizaba la avanzada de la civilización sobre el desierto y sintetizaba la voluntad de un futuro promisorio
Las altísimas torres atraen la mirada como un imán, en busca de la utopía que lo impulsó a crear esos monumentos de piedra que hoy sobreviven como faros en soledad de una sociedad desaparecida.
Basado en las fuentes de:
Wikipedia
Artículos de Clarín:
19/12/04
05/11/07.
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@RossoMattone
Last edited by RossoMattone; Mar 3, 2010 at 10:39 PM.
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