Arquitectura Industrial en Buenos Aires
La visión de Buenos Aires como "la París de Sudamérica" cambia cuando se ve a su arquitectura industrial. La influencia inglesa en las primeras décadas de auge industrial (fines del Siglo XIX y principios del XX) y posteriormente la estadounidense de la post-guerra mundial generó una colección de edificios gigantescos en la ciudad, los más grandes en cuanto a tamaño, y que se concentraron mayormente en el Sur, especialmente en los barrios de Barracas, La Boca, y Nueva Pompeya. Allá por fines del Siglo XIX, Buenos Aires ya demostraba su importancia global al tener el Mercado de Frutos más grande del mundo (hoy demolido), sobre la costa del Riachuelo. Esas fueron las épocas donde empezaron a moldearse grandes edificios industriales, teniendo sus raíces en las grandes estaciones ferroviarias, cuyos comienzos fueron en la Estación Constitución, hoy resultado de una de sus viejas terminales y una nueva que quedó trunca, basada en las grandes estaciones Art Decó de Estados Unidos. A ella le siguieron las estaciones de las Líneas Mitre y Belgrano Norte en Retiro y la Estación Once de la Línea Sarmiento:
Estas fueron la décadas donde Buenos Aires generó además un enorme potencial en su arquitectura, en algunos casos realmente impresionante, como se puede ver en el Palacio de Aguas Corrientes, de una belleza poco vista fuera de los palacios europeos y construído exclusivamente como un gran tanque de agua y con una piel de muchísima riqueza estilística. Tal era la visión detallista de la época. En paralelo, fueron construídos otros dos Palacios-Tanque gemelos de estilo Beaux Arts en los barrios de Caballito y Villa Devoto, ambos en algunos de los puntos más altos de la ciudad. Posteriormente, se erigió también el Depósito Paitoví en el Sur, ya de un estilo monumentalista más relacionado con el Racionalismo...
...y en la contracara de la arquitectura de obra pública se construyeron grandes usinas eléctricas, cuyas empresas llevaban el nombre de aquellas comunidades a las que se dirigían, como los casos de la "Ítalo Argentina de Electricidad" (orientada a los inmigrantes italianos) y la "CHADE" o Compañía Hispano-Americana de Electricidad (orientada a los inmigrantes españoles). Dentro de estas usinas, la más impresionante es la Ex Usina Pedro de Mendoza, hoy reconvertida en el centro cultural Usina del Arte:
Otro de los fenómenos industriales más interesantes de Buenos Aires son la enorme cantidad de depósitos de silos, hoy reconvertidos en edificios residenciales que aprovecharon sus tipologías curvas, como aquellos del barrio de Colegiales o los silos comprados por Alan Faena en Puerto Madero.
En general, los grandes edificios industriales de Buenos Aires evolucionaron de la misma manera: primero fueron los epicentros de los barrios, bordeados de urbanizaciones para los miles de trabajadores que empleaban, luego fueron abandonadas por el traslado hacia las zonas suburbanas de la ciudad (resultado del crecimiento en la Capital Federal), y en las últimas décadas fueron refuncionalizadas, siendo hoy centros culturales, museos, sedes gubernamentales, universidades, o residenciales del tipo "loft" tan de moda en la década de 1990. Ese es el caso de muchas de las fábricas de galletitas dulces en el Sur, como la Fábrica Canale, la Bagley, la Terrabusi, y hasta la de Noel. También las gráficas como Kapelusz u otros rubros como las centrales de Alpargatas:
Tema aparte fueron los mercados de abastecimiento, desde los de San Telmo y el Sud hasta el que es hoy uno de mis edificios favoritos de Buenos Aires: el Mercado de Abasto Proveedor o simplemente "el Abasto". Este edificio ocupa prácticamente dos manzanas enteras, y todavía conserva el viejo edificio sobre la calle Lavalle, donde hoy están los cines Hoyts, al mismo tiempo que su gigantesco edificio restaurado de un estilo Art Decó épico con coronamientos curvos, cuyas nervaduras de conexión con la continuación trunca del edificio todavía pueden verse, enfrente al Supermercado Coto. Por mucho tiempo, el Abasto fue poco glamoroso. Estuvo abandonado por varias décadas a mediados del Siglo XX y se discutió previamente a su reconversión en Shopping si convenía hacerlo por la cantidad de ratas. Se decía que adentro de él había una cantidad de ratas que triplicaba la población de la ciudad. Claramente es un mito que hoy es muy simpático contarlo, aunque había que estar en la zona en el momento en que empezaron a reconvertirlo :lol:
Y como último detalle, el epicentro industrial del imaginario porteño está definitivamente en el Riachuelo. Quizás por eso sea que Caminito y La Boca estén en el mapa turístico internacional, ya que fue muy importante en su época "dorada", más allá de que era una zona de historias oscuras porteñas. Es entonces que se puede encontrar una de las últimas puntas de la Arquitectura e Ingeniería Industrial en Buenos Aires: sus puentes sobre el Riachuelo. Desde la joya neocolonial del Puente Alsina en Nueva Pompeya hasta otros más simples como el de Barraca Peña, y uno de los pocos puentes transbordadores en el mundo, espejado luego por el Puente Nicolás Avellaneda:
Escondida en la enorme cantidad de arquitectura que tiene Buenos Aires, se pueden encontrar ex fábricas y galpones de mucha riqueza en todos los barrios. La Arquitectura Industrial porteña es también parte de ese encanto que sigue teniendo la ciudad y que la hace única.