Los promotores de la estatización se amparaban en el hecho de que si quebraba, AR quedaba automáticamente afuera de los sistemas de reserva (SABRE/AMADEUS, etc.). Bueno, no quebró y está afuera igual. Es más, fue declarada una de las peores y con recomendación AVOID por parte de los grandes marketers de turismo. No son capaces ni siquiera de mentir. Necesitaban un evento mediático con cierto efecto y Aerolíneas estaba ahí a la mano. Podemos decirlo sin temor, la operación de prensa nos costó u$ 900 millones y cuotas de u$ 40 millones por mes.
Respecto de las rutas, estas son da la Nación, que se las concede o no a un operador aerocomercial. Al país le sirve el transporte aéreo. Lo que hay no basta y si concesionás esas rutas a otro (o una versión renacida y sana de la misma AR) harán falta más vuelos, o sea más tripulaciones, más infraestructura en tierra, etc. Al final, como en el caso de Swiss, te encontrás con que el mercado absorbió la mayoría de sus empleados en muy poco tiempo y el Estado se ahorró plata y problemas.
Respecto de los pasivos, la quiebra sirve para forzar a Marsasns (y en gran medida el estado español a través de la ex pública Iberia) se hagan cargo de esa torta. Los u$ 900 millones no son ni deben ser un problema del pueblo argentino, sobre todo cuando en las provincias del NOA y NEA todavía se mueren criaturas de hambre o las mata la mala sanidad.
¿Te das cuenta hasta que punto esto es demencial?