El Palacio Ferreyra
Ubicación: Bulevar Chacabuco al 800, en la ciudad de Córdoba.
Construcción: 1916.
Autor: Ernst-Paul Sanson.
Ficha técnica
Año del proyecto: 2006
Inauguración: 17 de octubre de 2007
Superficie cubierta: 4800 m2
Autores: Estudio Ggmpu Arquitectos
Arquitecto asociado: Lucio Morini
Restauró: Fundación Legado Cultural
Empresa constructora: COVA SA
Características:
Muestra en su arquitectura de comienzos del siglo pasado la influencia del modelo surgido de la
Escuela de Bellas Artes de París adoptado por su diseñador, quien, a su vez, se inspiró en las líneas del clasicismo imperante durante los siglos XVII y XVIII en Francia. En 2007 fue restaurado y convertido en museo.
Por Eduardo Ferreyra
Miembro de la familia que fue propietaria.
"Frente a Plaza España, se yergue la obra de dos hombres: el que la pensó, y el que la diseñó. Sobre todo el primero, suele decir el arquitecto Rodolfo Imas, en referencia a Martín Ferreyra.
“Pocos hombres han sido tan visionarios como para construir un palacio en una hondonada. Porque
eso era la Nueva Córdoba a principios del siglo 20: una enorme barranca”, observa el profesional radicado en Estados Unidos. Una muerte temprana le impidió disfrutar de la que bautizó la Casa Grande, otro detalle que a Imas le gusta recalcar: el hecho excepcional de un palacio donde “
vivía una familia numerosa, y común”.
Fumador empedernido, don Martín Ferreyra falleció en 1918, dos años después de inaugurado el Palacio, al cabo del lustro que demandó la construcción local realizada sobre planos diseñados por el gabinete del arquitecto francés
Paul Sanson. Y los jardines tienen, o tenían, la impronta inconfundible de
Charles Thays, el “autor” del Parque Sarmiento.
Sin embargo, lo que el Palacio tiene por dentro, ese espíritu inanimado, es tanto o más importante que su belleza arquitectónica. Por esas paredes pasó una parte sustantiva de la historia social de Córdoba.
El Palacio fue construido por un médico visionario, que creía en la grandeza de una Nación que recibía inmigrantes de todo el mundo, y cuyo compromiso con la Córdoba y con el progreso de la provincia fue notable.
Todos los que nacimos y nos criamos allí lo recordamos como un lugar de
fantasía y misterio. Hacía falta mucho coraje para caminar en soledad por los oscuros pasillos de la buhardilla donde el pintor Antonio Pedone tenía su atelier. Pero los jardines eran totalmente diurnos y domésticos, el escenario de carreras de bicicletas y alegres partidos de fútbol con los muchos amigos que nos visitaban a diario."
Obra de arte
Se organiza alrededor de un
gran hall central remarcablemente proporcionado, donde una imponente escalera imperial que atrapa la mirada de quien ingresa, conecta la Planta Noble social con el nivel superior de las estancias privadas.
La Casa Grande, como la llamó su dueño, estaba constituida por innumerables habitaciones, recintos y baños.
En el nivel superior había 27 espacios. Su readaptación para dar cabida al museo requirió un calificado trabajo que implicó revolucionar todo el interior de la enorme mansión, con demolición de paredes para dar lugar a grandes salas.
Para no alterar la escalera principal, se construyó una lateral, de un metro y medio de ancho, metálica y forrada con cuero para el movimiento de un público de mayor edad o discapacitado. Además, se instaló un moderno ascensor.
La responsabilidad de la delicada tarea estuvo a cargo del
estudio GGMPU, con la dirección del arquitecto Jorge Morini, que cuenta entre sus antecedentes profesionales la construcción del edificio de Tribunales II de esta capital.
El Palacio Ferreyra tiene una
superficie de 4800 m2, de los cuales ahora casi 3000 m2 están destinados a
14 salas de exposiciones: en la Planta Noble, cuatro salas; más el Gran Hall Central; en el subsuelo, tres salas y el auditorio; en la primera planta tres grandes salas de gran altura, y en el nivel superior tres salas de menor tamaño y altura.
En la parte externa del inmueble, la obra consistió en la restauración del basamento, paramentos lisos, cornisas, molduras, ornamentaciones (relieves y grupos escultóricos), copones, balaustrada, baranda de acceso a terraza, escalinatas, barandas y rejas de hierro.
En el techo repusieron numerosas pizarras con piezas originales traídas desde Francia.
Los paramentos lisos, cornisas y molduras están conformados por símil piedra París. En todos los paramentos se debieron acometer numerosas fisuraciones, microfisuraciones y grietas. El estado de las cornisas y molduras era más grave en cuanto a erosiones y desplazamientos. En uno de sus laterales, el edificio había cedido unos 10 centímetros por humedad en el terreno como consecuencia del deterioro de los desagües pluviales.
La estructura edilicia fue exenta de cañerías de agua para evitar filtraciones que pueden afectar a las obras de arte. La sala de máquinas y tanques de agua fue ubicada en una construcción subterránea independiente del palacio.
La mayor tarea estuvo en el interior. Entre otras acciones, se trabajó en cinco locales de planta baja y en el hall principal de importantes dimensiones.
En tres de ellos, por las características similares de terminación, revestimiento de boiserie y decoraciones sobre la misma, se efectuaron reparaciones de la boiserie, limpieza, sellado de fisuras, ajuste de paneles, reconstrucción de guardas decorativas, reposición de elementos faltantes, reconstrucción de elementos decorativos en cielo rasos.
Del mismo modo se trabajó sobre los pisos de madera, efectuando un sellado, fijación de elementos, reconstrucción de guardas faltantes, con posterior pulido y encerado. Se restauraron los entelados y bandaux de seda con limpieza y reconstrucción. Donde no fue posible su recuperación se colocaron entelados nuevos.
En el hall principal se restauró el piso de venecitas, sellando las grietas y recolocando las piezas siguiendo el diseño original. Se repararon mármoles de la escalera principal, sellando juntas y fisuras, y reponiendo piezas faltantes. En la importante baranda de escalera se limpiaron, pulieron y laquearon todas las decoraciones aplicadas sobre la baranda de hierro.
Se repararon y pintaron un total de 124 carpinterías de madera de todos los niveles exterior e interior, y seis aberturas metálicas dejando en perfecto funcionamiento cada una de ellas. Limpieza de herrajes de bronce y laqueado de los mismos.
El arquitecto Morini explicó que, además de toda la reconstrucción y el reciclado, se hizo en toda la estructura un enorme tendido de cañerías con los sistemas de iluminación, aire acondicionado, cámaras de televisión, sistemas antiincendios, sin que estén a la vista del público.
El profesional destacó que todo se resolvió sin alterar la fisonomía arquitectónica original, dado que debió compatibilizarse lo antiguo con lo moderno.
“El Palacio Ferreyra, misteriosamente, parece que hubiera sido diseñado para ser en el futuro un museo porque no está forzado, se da todo naturalmente, nada está presionado”, dijo Moroni.
Cuando comenzaron las obras en el palacio,
diversas entidades como la Junta Provincial de Historia y agrupaciones políticas se opusieron bajo el argumento de que atacaba el patrimonio cultural. Incluso la Municipalidad recurrió a la Justicia para detener los trabajos, pero recibió un fallo adverso. También, arquitectos, museólogos y conservadores de arte coincidieron en que era “un despropósito” la demolición de paredes internas de la mansión.
Ahora,
los reclamos y temores quedaron atrás. El Palacio Ferreyra es hoy el Museo de Bellas Artes y
forma parte de la “media legua de oro” de la ciudad de Córdoba. Los restantes hitos del trayecto son el Teatro Real, frente a la plaza San Martín; el Paseo Buen Pastor; el triángulo de la Casa Dionisi, sede de la Agencia Córdoba Cultura; el Museo Caraffa; el de Ciencias Naturales, y la Ciudad de las Artes.