Quieren que los alrededores del Obelisco se parezcan a Time Square de Nueva York
Proyectan quitar la gran mayoría de los carteles de publicidad estática de la zona y suplantarlos por modernas pantallas que emitan imágenes dinámicas, vistosas y atractivas, y que a la vez sea un punto turístico en la Ciudad. Más adelante, incluso, funcionarán como una TV y no descartan transmitir el próximo Mundial de fútbol en directo. Las empresas están expectantes y ya hay cuatro que quieren instalar tecnología LED animada, con una inversión inicial de $ 20 millones.
Por Lucas Morando
Nueva Buenos Aires. La idea es revalorizar la zona como ícono turístico. Los carteles le cambiarán la fisonomía a esa parte de la Ciudad.
Quizá una de las esquinas más impactantes y emblemáticas del mundo sea Time Square, en Mahattan, Nueva York. Infinitas pantallas con avisos animados de publicidad, carteles de neón y muchas pero muchas marcas que se las rebuscan para innovar técnicamente y sorprender al consumidor la convierten en un imán para millones de turistas y un ícono urbano moderno único. No alcanzan los ojos para terminar de recorrer tanta oferta comercial, tan atractiva y llamativa al mismo tiempo.
La zona de la Plaza de la República, donde el Obelisco es custodiado por un abanico de carteles publicitarios y edificios entre Lavalle y Sarmiento, parece incomparable ante el esplendor de las luces de Broadway.
De hecho, al día de hoy, la mayoría de los carteles de la 9 de Julio no sólo no están tan bien iluminados, sino que comenzaron a ser desmantelados por el Gobierno porteño por no respetar el nuevo y polémico ordenamiento de la publicidad urbana que impulsa el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, a través del flamante Código de Publicidad, aún en tratamiento en la Legislatura porteña.
“El Obelisco parece parte de barrio de Once”, polemiza sin prejuicios el ministro de Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, quien desde hace meses trabaja para imitar el “modelo Manhattan” y reconvertir la 9 de Julio (entre Lavalle y Sarmiento) en un ícono tecnourbano. “Queremos jerarquizar el espacio público y al mismo tiempo cuidar el valor patrimonial de las fachadas y estructuras de los edificios antiguos. Vamos a convertir la zona en un ícono para que los turistas y la gente del interior del país se saquen fotos, y que sea también un lugar de esparcimiento”, adelanta.
La idea oficial es quitar la mayoría de los carteles de publicidad estáticos que hoy pueblan las terrazas de los edificios de la zona y reemplazarlos por pantallas que puedan proyectar imágenes multimedia, modernas y llamativas, para rejuvenecer y modernizar la fachada de la zona. “Queremos posicionarlo como un hito turístico. Dentro de un año no deberían quedar más carteles comunes, tiene que ser un lugar que asombre”, confirmó Piccardo.
Primera etapa. El 22 de mayo pasado, el Gobierno inauguró la primera pantalla LED de 13 metros de base por 7 de alto (91 m2) que se montó frente al Obelisco, en Corrientes y la Av. 9 de Julio. La construcción estuvo a cargo de Atacama, empresa especializada en publicidad en la vía pública. La pantalla costó unos US$ 500 mil y llevó un mes de instalación (ver recuadro). Hoy se emiten unos diez spot de diez empresas que duran 30 segundos cada uno. “Para nosotros es un buen negocio, aunque nos va a llevar tiempo amortizar la inversión”, resume Gustavo Brizuela, presidente de Atacama.
Y para las marcas que pautan también es positivo, porque en una hora aparecen seis veces frente a los ojos de miles de porteños. Y como la pantalla está 15 horas encendida por día, la marca o producto desfila 180 veces por día.
Por ahora, sólo se trata de imágenes en movimiento porque la legislación actual impide que se transmitan videos. “Hoy se pasan spots que son solamente imágenes de marcas articuladas en movimiento. Tratamos de no pasar videos ni filmaciones, salvo que sean campañas del Gobierno”, explica Brizuela.
En un futuro, según confirmó el propio Gobierno, la idea es que esas mismas pantallas se puedan usar como una televisión gigantesca. Por eso, ya se encararon las negociaciones para, por ejemplo, poder transmitir durante el Mundial los partidos de Argentina en directo.
Fuentes del Ministerio de Espacio Público confirmaron que ya hay cuatro pedidos de empresas que quieren instalar carteles de LED animados en la zona, que en total requerirá una inversión de unos $ 20 millones para tecnificarse.
Por ejemplo, un matutino especializado en economía que ya tiene toda una esquina comprada en la zona planea aggiornar el cartel y reemplazarlo por un panel luminoso y animado que pueda, además de operar como publicidad, transmitir noticias en vivo, tal como sucede en Time Square.
El nuevo Código de Publicidad, que debería ser aprobado finalmente en la Legislatura este jueves o el próximo, ya contempla en uno de sus artículos este tipo de carteles. Obliga, además, a reconvertir los estáticos actuales de tal forma que contaminen lo menos posible el espacio por encima de los edificios. Así, pronto se verán grandes carteles donde las marcas se conjugarán con el paisaje porteño.
Tecnología de Primer Mundo
La primera pantalla de LED que se instaló frente al Obelisco significa un avance técnico importante. Atacama, la empresa que la instaló, tuvo que importarla desde Japón porque en el país no se construye ni vende una tecnología similar. Pagó por ella casi US$ 500 mil (más gastos de estructura) y tardó casi tres meses en llegar en barco. Las imágenes que proyecta son transmitidas desde las oficinas de la empresa y por ahora sólo se emiten distintos tipos de articulaciones de las marcas que pautan. La ley no permite proyectar videos, salvo que sean institucionales y del Gobierno. Más allá de la búsqueda de convertir al Obelisco en un lugar atractivo visualmente, desde la empresa confirmaron que la movida también significa un buen negocio: “Es mejor que la publicidad convencional porque al ser una novedad se jerarquiza la vía pública. Y también se cobra un 20% más que un cartel estándar, que es el mismo desde hace 20 años”, explicó Gustavo Brizuela, presidente de Atacama. Este tipo de tecnología basada en LEDs (pequeñas luces) gasta una tercera parte de cualquier otro sistema de su misma superficie y tiene mayor vida útil. Resiste la lluvia y casi no lleva mantenimiento. Además, se conecta por Internet con las oficinas de la empresa.
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