Revivo este hilo con un artículo que considero muy acertado... Así están las cosas.
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Domingo 10 de mayo de 2009
Ciudad de mis amores
Instrucciones para perder una oportunidad
Por Virginia Guevara.
Virginia Guevara
De nuestra Redacción
mguevara@lavozdelinterior.com.ar
Parece que pelearan por un subterráneo, pero a esta altura se trata de otra cosa.
Aquel subte de 16 kilómetros que una iniciativa privada propuso para la ciudad de Córdoba hace casi un año y medio, comenzó a alejarse hace ya bastante tiempo. Sin embargo, la batalla política que están librando el intendente Daniel Giacomino y el bloque de concejales que sigue las instrucciones del ex intendente Luis Juez dice mucho sobre la manera en que la Capital cordobesa se empeña en seguir
estancada.
El subterráneo es la máxima aspiración de cualquier sistema de transporte urbano y la tipología de movilidad que casi todas las ciudades del mundo que tienen cerca de 1,5 millón de habitantes se trazan como objetivo. ¿Qué hizo Córdoba ante una propuesta que sus gobernantes jamás se habían animado siquiera a imaginar? Primero se escucharon chistes y luego predominó el descreimiento: como si un mandato superior prohibiera que una obra tan importante como un subte pudiera concretarse acá.
Después se escucharon cándidas defensas y también ataques devastadores que coincidieron en la total ausencia de sustento técnico. Hasta ahora, la única noción válida para analizar la propuesta del subte fue la adhesión o el repudio al Gobierno nacional, representado por Ricardo Jaime, una figura controvertida a la que no se le puede negar lo obvio: es el secretario de Transporte y tiene a su cargo el organismo del que dependen –hoy más que nunca– los grandes proyectos vinculados con la movilidad urbana.
A nivel técnico, la defensa que el Ejecutivo municipal hizo del subterráneo fue tan limitada como la información que el Gobierno nacional brindó sobre el proyecto.
Los “informes técnicos” presentados al Concejo Deliberante en respaldo del convenio que ahora Giacomino les reclama con vehemencia a los ediles no difieren demasiado de lo que cualquier hijo de vecino puede decir acerca de un subterráneo: que sería positivo para descongestionar el tránsito, que provocaría menos contaminación que los colectivos, que habría que controlar las vibraciones durante su construcción para no afectar el patrimonio histórico o que la estrechez de las veredas sería una complicación para la construcción de los accesos a las estaciones, entre otras cosas “reveladoras”.
Ese expediente hace nueve meses que está en el Concejo y ni siquiera llegó a discutirse en comisión, por lo que no fue su inconsistencia técnica la que determinó la negativa a tratar el tema por parte de los concejales de la hoy opositora bancada mayoritaria.
Luis Juez decretó que el proyecto del subte es “un curro de Jaime”. Sus concejales resolvieron ignorar la propuesta y así lo hicieron en dos oportunidades. El primer convenio en que el municipio autoriza a la Nación a licitar un subte para Córdoba por su cuenta y cargo fue retirado del Concejo por el Ejecutivo ante la evidencia de que no sería tratado. Después de modificar el acuerdo con base en las recomendaciones del propio cuerpo, en agosto pasado ingresó un segundo convenio que corrió la misma suerte: los ediles no están dispuestos siquiera a ver de qué se trata, porque lleva la firma de Ricardo Jaime. Y porque Juez no se cansa de decir que es “un curro”.
¿En qué quedó el proyecto de subterráneo para Córdoba en el marco de tan elevado debate? La propuesta de la constructora nacional Iecsa y la italiana Ghella SPA –la francesa Alstom sólo figuraba como proveedora del material rodante– data de fines de 2007 y nunca fue receptada como iniciativa privada por el Estado nacional.
Dada la situación del mercado de capitales, la carta de financiamiento que incluía el proyecto hoy suena a ficción y la garantía de mantenimiento de la oferta presentada por el consorcio empresario venció hace más de un año.
La segunda oferta, que el Grupo Roggio hizo circular a través de Metrovías, nunca tuvo el carácter formal de una iniciativa privada. Y hoy menos que nunca.
¿Por qué pelean entonces Giacomino y los concejales juecistas? Aprobados ya todos los convenios que el municipio rubricó con la Nación para la ejecución de obras millonarias de cloacas, pavimento y desagües pluviales, el proyecto del subte parece hoy la única prueba viviente de los supuestos obstáculos que los laderos de Juez ponen a la gestión municipal.
El objetivo de la contienda parece apuntar más a cargar en los concejales las culpas por el ocaso del sueño del subte propio que a la ejecución de esta obra que, sin haber estado nunca muy cerca, cada día parece alejarse más.
Fuente:
http://www.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=515067
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