Guadalajara piensa en grande
José Luis Meza
Muy seguido, Guadalajara provoca envidias. Lo hace cada fin de año al albergar la mayor Feria del Libro del continente; cada semana al poner a jugar a tres diferentes equipos de futbol y cada que nos acordamos que ahí nacieron mujeres como Jaqueline Bracamontes.
También se le podrían envidiar sus mariachis y sus tortas ahogadas, pero a últimas fechas, una de las cosas por las que ha dado de qué hablar la capital jalisciense es por sus ambiciosos proyectos arquitectónicos, como el Museo Guggenheim y ese buque gigante llamado Centro JVC.
A la par de ese par, del que El Cubo se ha ocupado en otras ocasiones, florece también el Centro Cultural Universitario de Jalisco, ambiciosa apuesta de la Universidad de Guadalajara por transformar radicalmente una parte de Zapopan, municipio ubicado dentro de la zona metropolitana de Guadalajara, creando de paso el mayor complejo cultural del centro-occidente mexicano.
El ambicioso proyecto tapatío, que ocupará una superficie de 173 hectáreas en el norponiente de la zona metropolitana, contempla no sólo un conjunto de artes escénicas, un museo de ciencias ambientales, un auditorio y la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco, sino también centros comerciales, espacios de vivienda y extensas áreas verdes, configurándose como un auténtico distrito cultural.
Dicho esto, pareciera que el nombre de Centro Cultural Universitario es demasiado modesto. En México, el único proyecto que abarca tantos ámbitos es el también tapatío Centro JVC, promovido por el empresario Jorge Vergara y que abarca desde el nuevo estadio del equipo de futbol Chivas, hasta escuelas e instalaciones feriales.
La idea del CCU, desarrollado a través de un fideicomiso desde 2001, está inspirada por el éxito de los grandes centros culturales del mundo, que se ha visto “Rehabilitan o acondicionan zonas urbanas que adquieren una enorme vitalidad, impulsan la expresión artística local y promueven el intercambio cultural y económico con otras latitudes, generan desde su planeación hasta su construcción y operación, nuevas fuentes de empleo que expanden la economía regional y estimulan el turismo, que se convertirá en el primer sector de la economía mundial”.
El plan maestro del complejo jalisciense es obra del destacado arquitecto de origen argentino afincado en Estados Unidos Cesar Pelli, prolífico creador de toda clase de edificios, pero mayormente conocido por ser el padre de las Torres Petronas, de Malasia, que por mucho tiempo fueron el edificio más alto del mundo. Pelli también instrumentó el plan maestro de la ría de Bilbao, donde se asentó luego el Museo Guggenheim.
Pelli ha configurado un parque público, cuyo eje es una línea entre el Auditorio Metropolitano y la Biblioteca Estatal de Jalisco, los dos primeros edificios del complejo que ya han empezado a ser construidos. Dentro del polígono, se hallan entremezcladas zonas de vivienda, comerciales, educativas (incluyendo nuevas sedes para facultades de la UG) y de entretenimiento, por lo que vivir ahí significaría tener que salir sólo para ir al hospital o a misa.
Aprovechando la infraestructura cultural del complejo, el equipamiento y los servicios que ofrece, resultará un distrito atractivo para vivir y desarrollar las actividades cotidianas en una atmósfera de libertad entre jardines, fuentes y plazas.
A escena
Aunque pasarán algunos años antes de que el CCU esté totalmente terminado como ha sido pensado, ya se han dado los primeros pasos. En julio de 2003 comenzó el plan de urbanización de la zona y en marzo de 2004 se colocó la primera piedra del Auditorio Metropolitano, diseñado por el joven arquitecto mexicano José Moyao.
Con un presupuesto de 350 millones de pesos, el auditorio se levanta sobre un terreno de 31 mil metros cuadrados y está pensado para ser un coloso multifuncional, pues gracias a un sistema móvil se podrá configurar el foro de 16 formas distintas para albergar desde 2 mil 700 hasta 10 mil personas.
Por el diseño de sus espacios y la tecnología a emplear, el auditorio podría recibir hasta tres espectáculos distintos en un día, facilitando tanto la presentación de casi cualquier cosa por sus 33 metros de ancho de escenario, como la visibilidad del público, pues el último espectador estará ubicado a 64 metros del escenario.
Como vía para hacer menos onerosa su construcción, los promotores idearon la venta de 24 palcos con estacionamiento subterráneo y acceso directo que fueron ofrecidos en dos millones de pesos cada uno, con derecho de uso por 3 años y 210 funciones. ¿Caro? Hay lista de espera, pues la demanda ha doblado a la oferta.
Moyao ha concebido su edificio como una síntesis y puesta al día de los conceptos arquitectónicos de este tipo de instalaciones en el mundo. A la caja escénica y área de servicios empaquetados en una clásica estructura cuadrada, ha unido un vestíbulo y fachada que despliega una generosa curva y deja ver su vida interior gracias a su acristalamiento.
Espacio de lectura
También ha iniciado su marcha la Biblioteca Estatal de Jalisco Juan José Arreola, cuya primera piedra fue colocada en febrero de este año y tendrá una superficie construida de 40 mil metros cuadrados, capacidad de 2 millones de volúmenes y 3 mil 600 usuarios simultáneamente.
Este edificio será la gran puerta de entrada al conjunto y su vestíbulo estará integrado a la plaza como paso obligado hacia el conjunto cinematográfico y la ciudad infantil.
El diseño arquitectónico de la biblioteca fue seleccionada a través de un concurso internacional donde participaron más de 400 propuestas, siendo el ganador el proyecto presentado por los despachos mexicanos Museotec y Grinberg Topelson, representados por Francisco López Guerra, Antonio Toca Fernández
El edificio de siete niveles es un sencillo, pero monumental prisma de cristal, resguardado por un cortinaje metálico de persianas que funge como segunda piel. A partir de su tercera planta se alza un atrio escalonado que llega hasta el techo, ofreciendo así un espacio interior abierto y luminoso.
Esta biblioteca servirá para resguardar, entre otras cosas, el más de medio millón de volúmenes que se ubicaban en la ya abandonada sede anterior, debilitada por el tiempo y uno que otro sismo. Entre su acervo están los 37 mil documentos históricos procedentes del Archivo de la Real Audiencia de Guadalajara y los Archivos de la Nueva Galicia, que contienen más de 300 años de historia colonial de la región.
La perspectiva optimista es que tanto el auditorio como la biblioteca estén concluidos en 2007, cristalizando un proyecto que impactará no sólo a Guadalajara, sino a todo el occidente del país.
http://www.am.com.mx/NotaEspecial.as...Leon&IDPlaza=1