“Mi papá murió feliz por las Malvinas”
María Laura es hija de José Luis Peralta, un mecánico de armamento que murió el 1º de mayo de 1982. Viaja por segunda vez a visitar su tumba.
“Primero está dios, después está la patria y luego viene la familia”, decía siempre mi papá. En su escala de valores estaba, ante todo, la entrega. El murió en Malvinas. Sé que lo hizo feliz porque su sueño era ir a defender las islas. Le prometió a mi mamá que iba a volver, pero no pudo. Cayó el 1º de mayo de 1982, víctima de un bombardeo británico. Esta será la segunda vez que voy a visitarlo al cementerio de Darwin.
Le avisaron un 7 de abril que tenía que ir a Malvinas. Viajó dos días después sin saber que mi mamá estaba embarazada de mi hermana menor, María José. Mi mamá se lo contó, tiempo después, en una carta, pero nunca supimos con certeza si llegó a leerla. Un compañero que volvió nos dijo que sí, que la noche anterior a que muriera le contó que estaba contento porque iba a ser papá de nuevo. Puede que así sea.
En 1998, cumplí el sueño de visitarlo por primera vez. Era una necesidad que venía de lejos. De hecho, fue un gran alivio tocar la tierra que lo cubre y sentir que él, mi papá José Luis, realmente estaba ahí. Gracias a dios es uno de los soldados identificados.
Cuando pisé las islas aquella vez no me sentí rara para nada. Sentí que estaba en mi país, en mi lugar. En mi cabeza y en mi corazón sé y siento que esas islas son nuestras. Sé y siento lo mismo que sabía y sentía mi padre. Y por eso él fue a defenderlas.
Este viaje lo vivo con la misma ansiedad que el primero. Pero dejó de ser un sueño porque ya lo cumplí. Lo vivo como un regalo de dios, que me deja visitar la tumba de mi papá una vez más. Ya estoy más adulta y ya sé lo que va a pasar, lo que va a venir, lo que va a ser estar ahí.
Ayer cuando me despedí de mi hijo en Santa Fe para venir a Buenos Aires, lloramos muchos los dos junto a mi marido. Mi hijo tiene 10 años y se emociona mucho cuando hablamos de su abuelo, ya empieza a palpar mi historia, que también es la suya.
A mi papá le llevo flores. Le llevo una flor que eligió mi hijo en representación de mi marido y mía, una flor que eligió mi hermana y una que eligió mi mamá. Cada una eligió una flor y mis abuelos también eligieron las suyas. Y me dieron un rosario para que deje en la cruz.
Al llegar a Buenos Aires, antes de viajar a Río Gallegos, me hice amiga de otras hijas de caídos, una de ellas es hija de un soldado del Crucero General Belgrano y viaja por primera vez. Hablamos mucho, nos mostramos fotos y nos emocionamos cuando nos contamos y nos mostramos lo que le llevamos a nuestros padres. Ellas sienten lo mismo que yo, viven y vivieron lo mismo. Al estar con otros familiares yo siento que las viudas son mis mamás, los hijos son mis hermanos y los padres son mis abuelos. Somos una gran familia que vamos a viajar a homenajear a esos héroes.
José Luis Peralta nació el 2 de febrero de 1960 en Matilda, provincia de Santa Fe. Hizo la carrera militar en Córdoba y se especializó en mecánica de armamento. Prestaba servicio en Reconquista, Santa Fe, cuando fue llamado para viajar a luchar en Malvinas. Tenía 22 años, era casado y tenía dos hijas: María Laura y María José, que aún no había nacido. Viajó a las islas el 9 de abril y falleció el 1º de Mayo. Fue identificado y sepultado por sus compañeros de trinchera en Darwin.
Producción: Martín Pietruszka y Germán Alemanni