Ni una pared en blanco
Por acá y por allá, la Argentina se va llenando de murales
"En la ciudad se están viendo cada vez más murales de artistas, técnicas y materiales diferentes", dice emocionada la artista Nushi Muntaabski. Y está en lo cierto. Obras monumentales decoran las paredes de cada barrio, a la vez que comunican relatos y hablan de una identidad. Si el año último el arte callejero y el grafiti colmaron casi todas las paredes habidas y por haber, ahora llegó el turno, el regreso, de los murales clásicos, y los de trencadís y mosaicos venecianos.
Pieza por pieza, color por color, Muntaabski y otros tantos artistas locales hacen su trabajo en cantidad de paredones de todo el país. Su misión: recuperar y revalorizar espacios públicos. La técnica es casi un trabajo de hormiga; la ubicación de cada pequeña cerámica está calculada minuciosamente. Nacida en manos de los arquitectos modernistas catalanes, con Gaudí a la cabeza y Santiago Calatrava (el mismo arquitecto del Puente de la Mujer de Puerto Madero) como abanderado contemporáneo, hace varios años que aúna fuerzas para ganar el protagonismo en las calles locales. Finalmente, llegó la hora.
Entre sus principales mecenas se encuentran los programas Puertas del Bicentenario y Pasión por Buenos Aires, del GCBA, con pinturas (más datos,
http://www.buenosaires.gov.ar/areas/...s_bicentenario y
www.buenosaires.gov.ar/areas/vicejefatura/pasion ), y el Plan de Infraestructura Solidario (PISO) de la empresa Weber, de productos para revestimientos con cerámicas (
www.weber-iggam.com ).
"Empezaremos a fines de marzo con murales en escuelas, donde participarán tanto artistas como alumnos", cuenta Isolina Peña, directora de Pasión por Buenos Aires. Y agrega: "Serán artistas de bajo perfil, que de un modo simbólico entreguen a la ciudad su arte y refuercen el sentido de pertenencia. Pasión es exterior, Bicentenario, interior". Se repetirá la modalidad de una obra por CGP y se trabajará nuevamente con ONG. Junto con la asociación Arte sin Techo, por ejemplo, el año último se creó la obra de la plazoleta de Sánchez de Bustamente. Sus creadores fueron personas en situación de calle, guiados por los artistas Alejandro Varela y Juan Torcoletti. Quedó pendiente el mural de Parque Sarmiento, que será realizado en conjunto por los dos programas del gobierno.
Desde Bicentenario, Graciela Iannella cuenta que para este año tienen previstos 44 murales nuevos. "Se convoca a artistas que reflejan la diversidad, y se les da tres meses para desarrollar su proyecto", explica. La idea es acercar el arte al público por afuera de los espacios y circuitos convencionales de exposiciones, mientras que se enriquece el patrimonio artístico de la ciudad.
Murales a domicilio
"A esta altura, los lugares donde se ubican los murales se seleccionan a pedido de los propios vecinos o de las instituciones involucradas que están al tanto de este programa", cuenta Hernán Murúa, asesor de prensa de Weber. Comenzaron en 2007 en el barrio de Barracas con la intervención del pasaje Lanín a cargo de Marino Santa María, y llevan en su haber 99 murales en los que participaron más de 3000 personas entre artistas, vecinos, personal de la empresa y distribuidores.
Río de pájaros, en el frente de la escuela Berni; Ojos de gato azul, en Paternal, Un tropezón que no es caída, en el Chaco; Siempre fui loco, en el hospital Borda, son algunos de los coloridos murales de trencadís que cumplen con el objetivo de mejorar la calidad de vida de la sociedad. El artista se pone en contacto con la comunidad y recaba información para definir una idea y bocetar la obra. Lo interesante es que se convoca a los vecinos y a todos los interesados a participar en la realización del trabajo, como pasó con Para vos, Vélez, inaugurado en los primeros días de enero en homenaje al centenario del club, y en el que participaron sus socios, bajo el diseño del artista plástico Omar Di Salvo, también hincha declarado.
En este momento, Nushi Muntaabski se encuentra dibujando muestras para lo que ella denomina "el proyecto del Garrahan". El tema: la donación de sangre. "Es para ayudar a crear conciencia con un lenguaje infantil, casi naíf, sintético y simple, para que lo comprendan tanto adultos como chicos", comenta. Con miles de pequeñas cerámicas recreará el camino de la donación, con globulitos que llegan a formar un corazón. "Lo que donás llega, y no es tan grave. Es un mensaje positivo, un pequeño discurso, y el material en sí ya es atractivo y bonito", agrega. La obra estará en la entrada principal, y ocupará parte del túnel y la fachada. Se emplazará a mediados de marzo, con la ayuda de los que quieran colaborar con la colocación de un cuadradito de color.
Entre pinturas y cerámicas, artistas y vecinos, a este ritmo, en breve no quedará ni una pared en blanco.
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