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Posted Nov 7, 2009, 5:21 PM
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EN 2003 ERAN DIEZ, AHORA SON CASI 100
Barrio Chino: los comercios ya se multiplicaron por diez
Es un centro turístico y comercial en el corazón de Belgrano. Es visitado por casi 300 mil personas por mes y está en franco crecimiento.
Por Euridice Ferrara
Original y exotico. La construcción del arco sobre la calle Arribeños molestó a algunos vecinos del barrio, que se quejan de “la basura y el olor”. Otros dicen que ahora hay más seguridad y conviven en paz.
El boom oriental hace furor en uno de los barrios más tradicionales de la Ciudad. Arroz taisan, yamaní, snack de pescado, bebida de maní y de cereal junto a colgantes de peces de colores que representan la abundancia, lámparas rojas, fuentes con agua y colgantes de feng shui.
La lista sigue y es bien variada. Todos los derivados de la cultura y la filosofía oriental están condensados en seis cuadras del denominado Barrio Chino en el corazón de Belgrano, donde turistas y porteños no paran de circular con ojos curiosos.
Se calcula que, por fin de semana, pasean unas 40 mil personas por el barrio y alrededor de 300 mil lo visitan mensualmente. Cuando PERFIL trató de indagar sobre el movimiento económico, fue imposible obtener una respuesta.
¿Qué convoca a tanta gente? En los últimos seis años, el China Town se convirtió en un punto turístico fuerte para residentes porteños, de la provincia e incluso extranjeros de diversas nacionalidades.
El “barrio” pasó de tener diez comercios en 2003 a casi cien en 2009. “Desde que vinieron acá, hay más seguridad. Los chinos le pagan a la Policía para que patrulle todo el día”, comenta Luis, un jubilado que vive desde hace unos diez años en Belgrano. Según los datos de la Cámara de Autoservicios y Supermercados Propiedad de Residentes Chinos (Casrech), en 2003 había 20 mil inmigrantes chinos en la Ciudad y hoy hay 64 mil, sin contar los 16 mil taiwaneses, muchos de los cuales tienen negocios en esas pocas cuadras comprendidas en Arribeños entre Juramento y Olazábal y calles aledañas. Pero cada vez son más los locales con ideogramas en sus vidrieras, la movida comercial oriental está en plena expansión y ya se acerca hasta Monroe y la Avenida del Libertador. Incluso, según la cámara, los valores de las propiedades aumentaron.
“Es más barato, el pescado es fresco y sensacional. Además, encontrás cosas que no hay en otro lugar: pollo de campo, gallina, fideos chinos. Es báraro”, comenta una pareja del barrio de Palermo, mientras vacía las góndolas del supermercado Ichiban, de la calle Arribeños. “Es la primera vez que venimos y estamos fascinados. Nuestra comida favorita es el chaw fan con pollo”, comenta otra pareja de la localidad de Martínez que vino exclusivamente a hacer compras al barrio. Lidia, de la localidad de Tigre, también viene exclusivamente al Barrio Chino. “Tienen la mejor mercadería. Crecieron un montón y está buenísimo. Mis hijas y mi marido me critican porque no les gusta, pero yo vengo igual”, cuenta entusiasmada.
El matrimonio Miguel Shen y Susana Xu hace 17 años que vive en la Argentina. Hace tres vinieron a Buenos Aires desde Bariloche y se instalaron con un local puesto con todos los chiches de curiosidades de su cultura y filosofía. Pese a las quejas de algunos vecinos, desconocen los problemas barriales (ver recuadro).
“No sé por qué a veces se hace difícil convivir con la gente, no sabemos qué les molesta. Nosotros trabajamos mucho y vivimos bien. En Buenos Aires se vive mejor, hace menos frío que en Shanghai”.
Recién llegados. Según el vicepresidente de Casrech, Zheng Jicong, alias Oscar, “Los inmigrantes chinos recién se están empezando a integrar en la Argentina, la segunda generación no llega a ser mayor de edad aún. En Perú hay 1,5 millón de chinos, en Brasil 300 mil y en tercer lugar está la Argentina con unos 80 mil.
Según Oscar, “los supermercados y comercios son los rubros más fáciles de llevar, porque no requieren de un aprendizaje diferente al que empleaban en China y, además, no necesitan del idioma para que les vaya bien”.
Por su parte, Miguel Wu, encargado desde hace un año del supermercado Ichiban y desde hace 25 residente de Buenos Aires, agrega con un perfecto español.
“La convivencia es más o menos buena, dos o tres siempre se quejan. Para mí hay que estar integrados. Es más, esto no debería llamarse Barrio Chino”. Y se apura a contestar con una sonrisa: “¿Mi comida preferida? El asado”.
Quejas de vecinos
Las quejas de los vecinos del barrio de Belgrano no tardaron en llegar con el crecimiento de la comunidad china. La convivencia entre chinos y porteños representa, para algunos, un choque cultural fuerte. El aumento del turismo, la tala de árboles y el “aumento de la basura en las veredas” son algunas de las quejas centrales que se les endilgan, directa o indirectamente, a la comunidad china. Según la Asociación Vecinal de Belgrano, en los últimos dos años se talaron 32 árboles en la zona y por ese motivo organizaron manifestaciones. “No podemos acusar a los comerciantes directamente, pero cada vez que un árbol se seca o aparece cortado, abren un negocio. Es evidente que les molestan porque tapan las marquesinas y obstruyen la entrada a un local”, dijo a un medio gráfico el presidente de la Asociación, Enrique Banfi. En el mes de mayo de este año, el Gobierno porteño inauguró el Arco Chino, donado por ese país a la Ciudad. El arquitecto a cargo, Miguel Angel Pita, explicó que el objetivo era “hermanar aún más las culturas china y argentina”. Sin embargo, los vecinos del lugar dividieron sus opiniones. Aunque la mayoría cree que esa arcada celebra la residencia china, los que se oponen resaltan que los chinos no logran integrarse a las costumbres argentinas.
Fuente: Perfil
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