El
pasaje Seaver era una cortada que terminaba en una escalera que subía hasta una plaza y dividía en dos al cuadrilátero trazado por
Posadas, Cerrito, Libertador y Carlos Pellegrini. Algunos la llamaban un rincón de Montmartre.
Esos 100 metros de empedrado del Pasaje Seaver desaparecieron en 1978 en manos del avance a lo largo y a lo ancho de la 9 de Julio. Contaba con casas bajas, departamentos, galpones, un dancing, inquilinatos y faroles grandotes ceñidos a la pared. Figuraba en El túnel, de Ernesto Sabato, y en La ciudad frente al río inmóvil, de Eduardo Mallea.
En 1974, para tratar de evitar que lo borraran del mapa,
un grupo de vecinos se constituyó en Comisión de Amigos del Pasaje Seaver. Proponía aumentar la atracción turística del lugar y organizar actividades culturales, pero la propuesta no pudo detener la demolición. En 1978, el museo Eduardo Sívori dedicó al Pasaje Seaver uno de los doce concursos de manchas que organizaba anualmente.
Hoy por hoy en lugar de este hermoso pasaje tenemos una estación de servicio Shell y algunos restaurantes bajo la autopista.
En esta pintura que era la única imagen disponible hasta ahora, se podía apreciar el pasaje
Por lo que se puede ver era bastante cercana a la realidad
Esta es una vista desde arriba de la escalinata
Aquí se pude ver el famoso cabaret CAN-CAN